Iremos a un proceso que se encarga de retirar la suciedad en general incluyendo áreas percudidas por el paso del tiempo, pero no es tan sencillo como se expone. La clave principal del detailing es que utilizamos productos y herramientas adecuados con la capacidad de marcar una diferencia entre un lavado simple y un proceso de limpieza minucioso y dedicado.  Los productos que se utilizan en el detailing son específicamente formulados para no generar daño alguno y respetar los componentes propios del vehículo. Eso sí, no basta con aplicar un producto adecuado, sino que el conocimiento de la persona que realiza el trabajo es fundamental ya que debe existir un equilibrio entre la dosis correcta de lo que se aplica en cada superficie y la técnica de uso.

Para eso se necesita método y rigurosidad. ¿Sirven los productos comúnmente comercializados?  Los artículos de limpieza común sirven para limpiar y desengrasar todo tipo de automotor, desde el más pequeño hasta el de mayor exposición a inclemencias y maltrato. Dicho esto, pueden no ser idóneos para un auto nuevo o bien conservado. La agresividad del uso continuo de estos limpiadores deteriora muchos de los materiales exteriores, puesto que éstos no están preparados para aguantar esa sobredosis química a la que están siendo expuestos constantemente. Por lo tanto, resecan, resquebrajan, destiñen plásticos, y por otro lado tienden a disminuir brillo y hasta oxidar la pintura de tu automóvil. 

Si confías en un centro especializado y lo dejas en manos de profesionales, el detailing definitivamente es la solución para mejorar el aspecto de tu vehículo sin realizar intervenciones invasivas, riesgosas y de alto costo. Hablamos de un proceso en el que  mejoramos y hacemos lo posible por recuperar el aspecto nuevo del vehículo por medio de una serie de pasos a aplicar en zonas estratégicas, entre ellas, carrocería, tapicería, vinilos, plásticos, entre otros.